03/02/2012
La Coordinadora de organizaciones de usuarios y familiares de salud mental “CORFAUSAM” realizará los días 8 y 9 de febrero próximo el Primer Encuentro Nacional de Organizaciones de Familiares, Usuarios y amigos de personas con afecciones de salud mental.
Se trata de un inédito encuentro a nivel de todo el país, donde se darán cita más de 60 organizaciones agrupadas desde Arica a Punta Arenas. Estas debatirán las condiciones de calidad de vida y no respeto a sus derechos, que se cometen con estos pacientes en algunos centros de atención psiquiátrica, residencial y dispositivos de salud a lo largo del país, También se revisaran los preacuerdos logrados en torno a lograr unificar las organizaciones de Arica a Magallanes.
Nuestra preocupación va mas allá de lo que vemos y vivimos: Haremos un breve preámbulo para ubicarnos en un contexto: Se estima que en la región de las Américas el número de personas con trastornos mentales, el año 1990 aumento de 114 millones a 176 millones el año 2010, una cuarta parte de la población adulta en América Latina y el Caribe ha sufrido algún problema de salud mental (este es un estudio entregado por Mirta Roses Periago de la OPS).
Por su parte la O.M.S. en diversos estudios efectuados en la primera década del año 2000 plantea: “El aspecto de la salud mental es un materia de vital importancia en todo el mundo, pues tiene que ver con el bienestar de las personas y de las naciones y que solo un pequeña minoría de los 450 millones de personas que sufren de desordenes mentales o del comportamiento en el mundo, reciben en efecto tratamiento.
Queremos sacar a colación una muy acertada declaración: “La salud mental ha estado oculta tras una cortina de estigma y discriminación durante largo tiempo. Ha llegado la hora que salga a la luz. La magnitud, el sufrimiento y la carga en términos de discapacidad y costos para los individuos, las familias y las sociedades han sido abrumadores. En los últimos años el mundo se ha tornado más consciente de la enorme carga y potencial que existe para hacer progresos en salud mental.
Se necesita invertir sustancialmente más en salud mental y se debe hacer ahora” (Lee Jong-Wook en su momento Director general de la Organización Mundial de Salud mental) Una declaración efectuada hace cierto tiempo pero que tiene gran actualidad.
En nuestro país aun reconociendo los avances logrados en estos últimos años, consideramos un deber mejorar sustancialmente las políticas de salud mental que permitan dar una respuesta digna a la creciente necesidad de la población chilena de este sector. El año 2000 cuando se da inicio al Plan Nacional de Salud Mental, se planteaba que para avanzar y hacer realidad lo programado, debíamos como país aumentar los recursos para la salud mental en un 5%. A la fecha estamos no más allá del 3%.
Por otra parte se debe hacer un análisis serio, pues las actuales estadísticas muestran un sustantivo aumento de personas que necesitan atención especializada a sus trastornos en salud mental. Habitualmente se requieren atenciones que no son ambulatorias.
Consideramos que es necesario mejorar la oferta en hospitalización psiquiátrica. Sin que eso sea el centro de nuestras aspiraciones, debemos entender que muchos usuarios no tienen el perfil de vivir y ser atendido en un hogar protegido, como también sabemos que tenemos una población de personas con discapacidad mental que tienen necesidades especiales y que actualmente no reciben atención o la reciben en forma esporádica y de mala calidad.
Suscribimos totalmente la necesidad de tratamientos y atención con base comunitaria. Por ello, estimamos primordial, financiar la instalación de más dispositivos de atención como: Hospitales de Día garantizando su funcionamiento que son básicos para afianzar las altas hospitalarias , aumentar el funcionamiento de más COSAM con los profesionales necesarios, Centros de acogida, instalación de Talleres de Rehabilitación, Centros Diurnos y en el aspecto residencial, la instalación de más Hogares y Residencias Protegidas..Hay regiones que necesitan urgente contar con estos dispositivos. No es nada nuevo lo planteando. Estamos por debajo del promedio de América Latina.
Los avances logrados, el grado de conciencia que debía desarrollar la sociedad, como lo manifestaba la OMS, se podría traducir en el acuerdo a nivel internacional, que le dio existencia a la CONVENCION ONU que plantea en sus 50 artículos: Los derechos de las personas con discapacidad. Siendo Chile país firmante se debe impulsar a todo nivel su cumplimiento.
Nuestra realidad como país nos muestra situaciones que no podemos permitir que sigan ocurriendo como las acontecidas en el Hospital El Peral, que fuera denunciado por un canal de televisión, provocado gran conmoción pública.
Por otra parte denuncias de maltrato a internos por parte de sus vigilantes. S.S.A.
En torno a la humanización y mejoramiento del tratamiento de la salud mental consideramos necesario estimular y potenciar el modelo de atención comunitaria e impulsar a todos los niveles, un cambio cultural de la ciudadanía en torno la inclusión y derechos de las personas que sufren afecciones en salud mental.
Para nosotros es prioritario el rol que juega la familia en el proceso de tratamiento e incorporación social de las personas con afecciones mentales. Creemos que los familiares las organizaciones de la sociedad civil, capacitados y entrenados, deben transformarse en un pilar fundamental en este proceso y como tal deben ser considerados y respetados por los organismos pertinentes. En Europa conservando su autonomía, son parte del sistema y además financiados transversalmente.
La Coordinadora de Organizaciones de Familiares y Usuarios de Salud Mental, junto a la estructura que generemos en el Encuentro Nacional, que consideramos fundamental para afianzar la asociatividad, esperamos impulsar una mayor conciencia de la existencia de este sector, que busca visualizar su presencia en la sociedad y hacer oír su voz para crear un cambio en la mirada que como sociedad debemos realizar.
Nuestro propósito, mediante la creación de vínculos orgánicos es representar ante el Estado de Chile y la sociedad en su conjunto, los intereses y derechos de quienes presentan una condición diferente en salud mental y luchar para reducir la permanente exclusión y discriminación de la que son víctimas nuestros familiares.