12/07/2013
La Ciudad de los Siete Santos, como se conoce a Marrakech en Marruecos, fue el escenario del histórico encuentro que sostuvieron más de 600 negociadores procedentes de los 186 Estados miembros de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, OMPI, que por más de una semana se reunieron para cerrar un Tratado para mejorar el acceso a las obras publicadas de las personas con discapacidad visual o con otras dificultades para leer textos impresos, y de esa forma acceder a ellas en formatos como el Braille, letra grande y audiolibros.
El Tratado exige a las partes contratantes que adopten medidas en sus respectivas legislaciones nacionales que permitan la reproducción, distribución y la puesta a disposición del público de obras publicadas en formato accesible, contemplando con ese fin limitaciones y excepciones a los derechos de los titulares de obras protegidas por derecho de autor.
Sin embargo, el elemento esencial de este Tratado es que permite el libre intercambio transfronterizo de esas obras -en formatos accesibles- sin necesidad de contar con la autorización de los titulares de derecho de autor entre organizaciones que estén al servicio de las personas con discapacidad visual, y también directamente desde estas organizaciones a los beneficiarios.
En la práctica, esto se traduce en una mayor disponibilidad de obras para la comunidad con discapacidad visual, pues ya no será necesario que en cada país se transformen las obras a un formato accesible, pudiendo obtenerlas libremente en otros países en que ya estén adaptadas a estos formatos.
Ana Novik, Directora de Asuntos Económicos Multilaterales de la Dirección General de Relaciones Económicas, Direcon, destacó que esta medida es un gran avance en términos de inclusión y derechos para personas con discapacidad.
Este Tratado representa un importante logro en términos de armonizar y consensuar las necesidades de las personas con discapacidad con la protección de los derechos de autor, y además se buscó la forma de entregar garantías a los autores y los editores en el sentido de que las obras publicadas no se verán expuestas al uso indebido o a la distribución a personas distintas de los beneficiarios previstos, sostuvo.
Asimismo, afirmó que este Tratado constituye la primera vez que el sistema multilateral de la propiedad intelectual logra un instrumento cuyo foco son las excepciones y limitaciones para un grupo de la sociedad.
La Directora Nacional del Servicio Nacional de la Discapacidad, María Ximena Rivas, valoró el tratado aprobado en el seno de la OMPI porque favorece el derecho de las personas con discapacidad a acceder a la cultura. Gracias a este tratado más de seiscientas mil personas con discapacidad visual de nuestro país tendrán la oportunidad de acceder a un mayor número de obras en formatos accesibles, lo que permitirá contribuir a su proceso de inclusión en educación, esparcimiento y cultura, concluyó.
En Chile hay 5.700 obras en formatos adaptados para personas con discapacidad visual y cuando este nuevo tratado entre en vigor podrán acceder por ejemplo, a la colección de más de 100.000 títulos en formatos accesibles con que cuenta la biblioteca de la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE), y a la de Argentina que tiene más de 50.000. Lo mismo aplicará para los 19 países de habla española de América Latina. Igualmente, se podrá acceder a obras en formatos accesibles en otros idiomas como el inglés.
Actualmente solo un 5% de las obras publicadas son adaptadas a algún formato que les permite a las personas con discapacidad visual tener acceso a ellas. En el ámbito de la educación, un 47% de los estudiantes de educación superior con discapacidad visual, y un 33% de niños en edad escolar no pueden acceder a libros y textos de estudio adaptados para sus necesidades, según se constata en los datos entregados por Vision IP de la OMPI.
Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, en el mundo hay más de 314 millones de personas con discapacidad visual, el 90% de ellos en países en desarrollo. En Chile, más de 630 mil personas presentan algún grado de discapacidad visual, según indica el Estudio Nacional de la Discapacidad.