24/05/2019
La Serena, 24 de mayo de 2019. A través del proyecto “Promovamos el Empoderamiento y Autocuidado de Mujeres con Discapacidad Intelectual”, desarrollado por la ONG Mongen Kusa Vida Buena Vida y financiado por el Servicio Nacional de la Discapacidad, Senadis, a través de Fondo Nacional de Proyectos Inclusivos, Fonapi, se realizará una serie de talleres para empoderar a niñas, adolescentes y mujeres con discapacidad.
Los talleres se efectúan desde marzo y se prologarán hasta agosto de este año, concentrándose en beneficiarias de la escuela especial Kona Varua de Las Compañías, en La Serena. Además, durante el mes de octubre se efectuará el Conversatorio #MásDerechosParaTodas, donde se socializarán las experiencias y, así, promover la reflexión crítica sobre la importancia del empoderamiento personal para todas las niñas, adolescentes y mujeres, independiente de la condición física, sensorial e intelectual.
El objetivo de la iniciativa es contribuir a promover el empoderamiento personal y colectivo con enfoque de género en niñas y mujeres jóvenes con discapacidad intelectual, para potenciar sus capacidades y competencias para el desarrollo de una vida más autónoma, que les permita mejorar su autoestima y autovaloración.
Tiene como beneficiarias a adolescentes y mujeres entre 14 y 26 años con discapacidad intelectual leve a moderada. Las beneficiarias participan en talleres socioeducativos en temáticas de autoestima, autocuidado, autodeterminación, derechos sexuales y reproductivos, habilidades sociales y prevención de la violencia de género.
La ONG Mongen Kusa Vida Buena Vida promueve el desarrollo y la calidad de vida, especialmente de las personas, familias y grupos más vulnerables. Es coordinada por la investigadora, escritora y tallerista en temas de género, Patricia Aguirre González, que cuenta con gran experiencia en proyectos sociales de empoderamiento femenino con enfoque de género y las monitoras Pamela Solar y la Psicóloga Viviana Castillo, que, en conjunto, se ha generado un equipo con gran compromiso con los derechos de las niñas y las mujeres.
Desde la organización señalan que los talleres socioeducativos tendrá una vital importancia para para mejorar la imagen que tienen de sí mismas las participantes, fomentando el autoconocimiento, la autoestima, el autocuidado y la autodeterminación.
Problemática a resolver
Para la ONG Mongen Kusa Vida Buena Vida, las personas con discapacidad viven en situación de vulnerabilidad importante y, especialmente, las mujeres con discapacidad son víctimas de la doble discriminación, por ser mujer y persona con discapacidad. “La idea central, que subyace de forma transversal en toda la intervención, es que género y discapacidad son dos variables que interactúan en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana, colocando a las mujeres con discapacidad en una posición desigual respecto a los hombres con discapacidad y a las personas sin discapacidad”, sostiene Patricia Aguirre González.
Asimismo, las niñas, adolescentes y mujeres con discapacidad intelectual tienen una poca participación en la sociedad, debiendo afrontar mayores desigualdades. Por ello, las organizadoras de este proyecto están convencidas que el proceso de empoderamiento surge como un potente mecanismo para que las mujeres comiencen un proceso interno de transformación positivo, “que les permita reexaminar sus vidas y reflexionar sobre todos aquellos factores internos y externos que impiden o limitan su desarrollo personal y la identificación de un proyecto de vida que les brinde bienestar y felicidad”, sostienen.
Detalles de la metodología
La metodología que se propone en la iniciativa es activa, práctica y participativa. Por ello, “cada taller toma en cuenta y en consideración todas las temáticas que las mismas beneficiarias expusieron durante las dinámicas grupales iniciales. Permitiendo una exploración de sus relatos y exteriorización de sus experiencias vividas, sentimientos, necesidades e intereses”, expresó la organización.
En ese sentido, el rol de las monitoras es importante, porque deben estar conscientes que su trabajo de vinculación y la generación de espacios seguros y acogedores son auspiciosos para que las participantes se sientan cómodas, seguras y confiadas. El trabajo grupal de mujeres surge como una herramienta metodológica eficaz para promover en ellas un proceso de transformación interna positiva y un acto de sororidad, así, cada una ve en las otras a aliadas.